El viaje de ida y vuelta de la polka mexicana

Foto: Dominika Bernáthová

Un poco de sol, alegría y ritmos mexicanos llegaron a Praga a través del espectáculo ´Bajo Sombreros` (Pod sombréry) gracias a una inusual colaboración checo-latinoamericana. La exhibición fue amenizada con la música en directo a cargo de la formación Mariachi Azteca de Praga.

Foto: Dominika Bernáthová
El conjunto de danza checo Dvorana ofreció este viernes en Praga un espectáculo de bailes populares mexicanos. Los protagonistas checos se identificaron perfectamente con el papel de bailarines mexicanos, ofreciendo al público un recorrido por el rico folclore de los estados mexicanos de Veracruz, Nayarit, Jalisco y Nuevo León.

El jefe del conjunto Dvorana, Jan Pumpr, relata para Radio Praga más detalles acerca del repertorio efectuado.

“El primer baile fue de Veracruz. Se caracteriza sobre todo por fuertes golpes con los pies cuando el movimiento del cuerpo se reduce al mínimo. Asimismo se reconoce por trajes totalmente blancos. En cuanto a la música, destaca el harpa mexicana. También presentamos bailes de Nayarit. Se trata de una región bastante pobre, y eso se refleja también en la vestimenta, que es muy simple. Además, allá se cultiva la caña de azúcar, por lo cual es típica la danza con machetes”.

Foto: Dominika Bernáthová
El baile de La Bruja y el Huateque típicos del estado de Veracruz al igual que los pasos vivarachos propios al baile de La Negra, natural de Jalisco, despertaron grandes aplausos en el público checo.

Tampoco faltó la polka mexicana. De hecho, el origen de este baile de salón es precisamente checo, remontándose a la primera mitad del siglo XIX. Llegó a México junto a los checos que formaban parte de la comitiva del emperador Maximiliano de Habsburgo, que gobernó en México durante un corto periodo en el siglo XIX. La polka mexicana echó raíces sobre todo en el estado de Nuevo León, en el Norte del México. El jefe del conjunto explica la principal diferencia entre la versión checa y la mexicana de esta danza.

Foto: Dominika Bernáthová
“En México existen influencias españolas e indígenas por lo cual la polka mexicana se caracteriza sobre todo por fuertes golpes con los pies, un elemento no muy habitual en la checa.”

Los vestidos de los bailarines no pudieron ser más auténticos, ya que fueron traídos desde México. No solo el peso de la vestimenta, sino también el manejo de los machetes se convirtieron en los mayores obstáculos de los bailes, según prosigue Pumpr.

“Esta misma noche al bailar me he pinchado con un machete. Son cosas que pasan. Pese a no estar afilado, sigue siendo un machete, así que el hecho de ir por ahí agitándolo supone cierto riesgo”.

El grupo de baile Dvorana nació hace más de treinta años interpretando bailes de Estados Unidos, como country y claqué. El primer impulso para realizar danzas mexicanas llegó en los años 90 tras conocer a los miembros de un grupo de baile proveniente, paradójicamente, de los Estados Unidos.

“Realizamos para ellos un curso de bailes populares checos y ellos a cambio nos enseñaron un baile con machetes. Ésa fue nuestra primera danza mexicana y de allí empezamos a interesarnos en ella. Con el claqué ya estábamos acostumbrados a trabajar con los pies, así que las danzas mexicanas nos llamaron la atención. Hay que destacar que actualmente el interés en los bailes mexicanos en Chequia supera a todo lo demás. Ya ni siquiera interpretamos danzas de otros países, porque todo el mundo pide las mexicanas”.

Mariachi Azteca de Praga,  foto: Dominika Bernáthová
Para darle más autenticidad al espectáculo, el elenco se organizó gracias a la Embajada de México en la República Checa, que los puso en contacto con los músicos del grupo Mariachi Azteca de Praga. Esta formación, que funciona ya desde 2005, está formada por músicos checos y latinoamericanos residentes en Chequia. Según un miembro del grupo, el boliviano Félix Aguirre, la música de mariachis tiene una buena acogida entre los checos.

“La gente responde muy bonito. Estamos muy agradecidos. La gente canta y nos llena mucho. Estamos muy contentos de engranar esta música, mariachis, que no hay acá, digamos, la gente y músicos de estos lados. Entonces, con los muchachos de Praga lo estamos haciendo bien”.

El espectáculo se efectuó en el Teatro de Silesián en Praga a cargo de la organizadora Alena Krčálová y apoyado por la Embajada de México en la República Checa.