Eurodiputados quieren prohibir los símbolos del comunismo

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Un grupo de eurodiputados de los países poscomunistas se propone prohibir la utilización de los símbolos del comunismo. Su iniciativa está respaldada también por una parte de los eurodiputados checos.

La idea de prohibir la hoz y el martillo, símbolos tradicionales del comunismo, está relacionada con la idea de prohibir la exhibición de la svástica nazi. Se trata de la propuesta presentada por el comisario europeo, Franco Frattini, quien reaccionó de esta manera al incidente en el que se vio envuelto el príncipe Harry de Inglaterra luego de aparecer en una fiesta vestido con uniforme nazi. Los eurodiputados le dirigieron una carta al comisario Frattini.

"Yo he respaldado la carta enviada por el diputado lituano Landsbergis quien advirtió al Sr. Frattini que al prepararse la propuesta de prohibición de los símbolos de una ideología totalitaria no democrática, como es el nazismo, sería bueno sopesar el mismo procedimiento en caso del comunismo. Sin embargo, no quiero plantearlo como un requisito estricto". Así comentó al respecto el eurodiputado checo Jan Zahradil.

Jan Zahradil,  eurodiputado checo
La discusión sobre ilegalizar los símbolos de ambas ideologías totalitarias está poniéndose tan sólo en marcha. El comisario Frattini vacila todavía, ya que considera difícil debatir la prohibición de los símbolos comunistas en el marco de la ley europea sobre la lucha contra el racismo, la xenofobia y el antisemitismo. La iniciativa de los diputados fue reprobada por el vicepresidente de la facción comunista en el parlamento europeo, Miloslav Ransdorf:

"Lo considero como una manifestación de la falta de juicio político y también como un intento de descartar la competición libre de ideas políticas. Creo que esas medidas pueden ser adoptadas sólo por personas quienes no sepan como destacarse de otra manera".

Según sostiene Jan Zahradil el mundo no acabaría, si se prohibiesen sólo los símbolos del nazismo y no los del comunismo. No obstante, se confirmaría que Europa no sabe ajustar las deudas con su pasado comunista.