Hace 65 años Checoslovaquia fue sacrificada en Munich a Hitler

Tratado de Munich - Chamberlain, Daladier, Hitler, Mussolini, Ciano, foto: CTK

Hace 65 años, Inglaterra, Francia, Italia y Alemania firmaron el Tratado de Munich, en el que acordaron incorporar al Reich parte del territorio checoslovaco. Checoslovaquia fue obligada a aceptar ese humillante dictado acomodado sin su presencia.

Tratado de Munich - Chamberlain,  Daladier,  Hitler,  Mussolini,  Ciano,  foto: CTK
El Tratado de Munich fue la primera gran victoria de Hitler en sus empeños por dominar el mundo. Francia e Inglaterra que hasta entonces habían sido aliados de Checoslovaquia, sacrificaron a este país a la Alemania hitleriana, supuestamente en interés de la preservación de la paz en Europa.

Hitler consideraba Checoslovaquia un país artificialmente creado y habitado por un demasiado elevado número de naciones, entre ellas la alemana. A su juicio era natural que los territorios de un país que eran habitados por casi tres millones de alemanes pertenecieran al Reich.

El primer ministro británico, Arthur Neville Chamberlain, señaló entonces que no tenía sentido defender la causa de un país tan insignificante y distante como Checoslovaquia. Gran Bretaña y Francia confiaban en que la Alemania nazi se conformaría con esta transigencia y no tendría otras pretensiones territoriales en Europa.

Checoslovaquia quedó abandonada por todos. Nadie se interesaba por su postura. En medio de esa situación, el primer ministro checoslovaco, general Jan Syrový, se dirigió al pueblo, explicando los motivos que obligaron a los representantes oficiales del país a aceptar el dictado de Munich.

El primero de octubre de 1938 - las tropas de Hitler cruzaron las fronteras checoslovacas
"La fuerza que tenemos en contra es tan poderosa que se nos hace imposible oponernos a ella. Al no poder conservar intacto nuestro territorio, es nuestra mayor meta conservar las vidas de nuestros habitantes".

El pueblo reaccionó a la información con lágrimas en los ojos. El primero de octubre de 1938, las tropas de Hitler cruzaron las fronteras checoslovacas, anexionando los territorios de los Sudetes. A pesar de que Checoslovaquia disponía de modernos armamentos y de un amplio sistema de fortificaciones en las fronteras con Alemania, se rindió sin un sólo disparo.

El 15 de marzo de 1939, la desgracia de la nación checa llegó a su punto culminante. Las tropas de Hitler ocuparon el resto de Bohemia y Moravia y en Eslovaquia fue promulgado un Estado clerofascista. Pronto también Francia e Inglaterra conocerían en carne propia la perfidia de Hitler. La Segunda Guerra Mundial estaba por estallar.