Hornos checos en Mongolia o motores de avión en Isla Mauricio

Foto: J4

Las exportaciones checas batieron en 2017 un nuevo récord. Aunque el principal mercado sigue siendo la Unión Europea, aumentan los destinos exóticos.

Tomáš Hüner,  foto: ČTK
La República Checa no solo sigue teniendo una balanza comercial positiva, sino que cada año bate un nuevo récord de exportaciones. En 2017 el valor de los productos y servicios vendidos al exterior sobrepasó los 157.000 millones de euros.

Como mencionó el ministro de Industria y Comercio, Tomáš Hüner, se trata del mejor resultado de los últimos 20 años.

“El mayor éxito lo tenemos con la exportación de automóviles personales, incluyendo accesorios y componentes electrónicos. Además vendemos al exterior aparatos eléctricos, máquinas, y electrónica, como aparatos de procesamiento automático de datos”.

El principal mercado de Chequia sigue siendo el resto de la Unión Europea, adonde van destinados el 84% de sus productos, pero cada vez más aparecen en la lista destinos más exóticos. Se han incrementado notablemente las exportaciones a Laos o Botsuana.

Un ejemplo es la empresa J4, que ha vendido hornos de panadería y cocinas de pastelería a más de 60 países del mundo. El año pasado vendió a Mongolia un equipamiento de panadería completo, nos cuenta su representante comercial, Pavel Poláček.

Foto: J4
“Es una línea para la fabricación de pan, muy parecida a las checas. Cuando suministramos las tres primeras líneas se renovó también la tecnología para la preparación de la masa. Esto significa que exportamos conjuntamente un sistema completo de fabricación de levadura”.

La línea de producción de pan consigue fabricar 1.900 piezas por hora. Próximamente suministrará equipamiento similar al Nepal. Al aumento de los pedidos internacionales contribuye su participación en ferias, pero básicamente el éxito proviene de su actitud profesional, explica Poláček.

“No fabricamos hornos como en una cadena de montaje. Realmente cada horno está hecho a medida, escuchamos al cliente. En la competencia alemana u occidental esta actitud no es tan flexible, ya que se mantienen apegados a unos estándares concretos”.

La empresa tiene un volumen de negocios de aproximadamente un millón de euros anuales. En su reciente venta en Mongolia jugó un papel importante la posibilidad de asegurar el pedido con la aseguradora pública EGAP.

Esta trata de apoyar las exportaciones proporcionando seguros para negocios en sitios de mayor riesgo, donde las aseguradoras privadas pedirían tasas más elevadas. El año pasado EGAP aseguró exportaciones por valor de casi 1.700 millones de euros, lo que implica un crecimiento interanual de casi un tercio, subraya el director general de la compañía, Jan Procházka.

Foto: GE Aviation Czech
“El año pasado, EGAP exportó a 33 países de cuatro continentes. Los pedidos de mayor valor fueron a países como China, Azerbayán, Georgia, Rusia y la India. Si nos fijamos en los sectores, se trató sobre dodo del automovilístico, las infraestructuras de transporte y la energía. En los destinos más exóticos se encuentran Indonesia, Mongolia o la Isla Mauricio”.

Precisamente a Mauricio fueron destinados unos motores de turbohélice fabricados por la empresa GE Aviation Czech. Su representante, Tomáš Beneš, nos da más detalles.

“Los motores de turbohélice GE de la línea H los fabricamos en Letñany, en Praga, y fueron desarrollados a partir de un motor checo. Fue proyectado para resistir condiciones extremas y en el caso de Isla Mauricio es ideal para resistir las altas temperaturas. Al cliente le convencieron sobre todo los bajos costes de mantenimiento y funcionamiento en comparación con la competencia”.

De acuerdo con Beneš, estos motores gastan un 10% menos de combustible. La empresa no exportó en 2017 solo motores, sino también un avión de fumigación a Uruguay.

Autor: Carlos Ferrer
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