La cumbia pega hasta en Chequia

Foto: Ana Briceño
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Cumbia Cooperativa es el nombre de un grupo, una suerte de big band, que recrea en República Checa uno de los ritmos más auténticos y tradicionales, la cumbia. Los invitamos a acompañar a Radio Praga en uno de sus ensayos para escuchar cumbia, claro, y charlar sobre este género.

Foto: Ana Briceño

La Cumbia Cooperativa empezó de manera un tanto improvisada con el motivo de una celebración de uno sus integrantes, con instrumentos prestados y con lo que había a mano.

Andrés. Foto: Ana Briceño
Es, como el género mismo, una unión de varias vertientes geográficas. Andrés, en las vocales, de Chile; Domingo, cantante, de España; Dani, en la batería, de Venezuela; Alfonso, de España, en el bajo; Pablo, en la guitarra, también de España; Yeik, de Colombia, en el teclado; y, finalmente, Tomáš y Vojta, ambos de República Checa, el primero en el trombón y el segundo en la percusión.

En los carnavales latinos o algún evento que festeje, digamos la latinoamericanidad, Cumbia Cooperativa probablemente esté presente. No obstante, los muchachos suelen organizar sus propios conciertos y montarlos, de manera independiente, en diferentes partes de Praga.

La inquietud de los checos hacia la música parece dar espacio a que incluso ritmos como la cumbia, menos conocido que otros géneros como la salsa o el reguetón, peguen. El chileno Andrés comenta su percepción del público checo.

"Son muy buenos auditores de música. Y la acogen, siempre tienen muy buena cordialidad. No se vuelven tan locos de ponerse a gritar como los latinos o los españoles, que ya no te dejan tocar. Considero que los checos, en particular, tienen mucha generosidad a la hora de escuchar música. Son muy tolerantes y siempre se detienen a escuchar".

"La voz del pueblo"

Pablo. Foto: Ana Briceño
Es mucho lo que se puede hablar de la cumbia dada su diversidad, lograda en gran parte por el sabor propio que cada país en donde se popularizó le ha aportado. Los chicos nos hablan, por ejemplo, de la cumbia colombiana, caracterizada por los vientos; la cumbia de las grandes orquestas de mitad del siglo XX; la cumbia de la selva peruana, influenciada por la psicodelia, y que introduce los efectos de la guitarra eléctrica; luego, la cumbia de los 90, cuando entran los sintetizadores, que revolucionaron la cumbia, nos ilustra Andrés.

"Al principio fueron resistidos por los más conservadores, los cultores colombianos, por ejemplo. Ellos protegen mucho su cumbia. Los principales mentores de esa cumbia fueron los argentinos, que le metieron así, a todo ritmo, sintetizadores, sonidos muy desprolijos, muy agudos".

De la mano de estos sonidos surge la llamada cumbia villera, contenedora de temas delincuenciales. Para reflexionar sobre lo que vendría siendo la esencia de la cumbia, entre tanta variedad, los muchachos prefieren cederle la palabra al colombiano, Yeik.

"Bueno, pues, en realidad la cumbia en Latinoamérica es algo que se vive en las calles. Más que ser una música en sí es como la voz del pueblo. Está siempre en todos lados, en los buses, en los bares, en las casas. Entonces más me parece que la cumbia, aunque nació en Colombia y se ha esparcido por toda Latinoamérica, cada región la ha ido transformando a su manera".

"Atravesada por el amor"

Alfonso y Dani. Foto: Ana Briceño
De haber algún hilo común entre las formas de la cumbia es su carácter popular y su representación pintoresca de la cotidianidad, de las debilidades, los vicios y la farra. Como dice Andrés “tiene la gracia del mundo que no fue educado ni estructurado y habla como habla el mundo popular”. Sin embargo, el centro del discurso cumbiero es el amor.

"Al igual que toda la música latinoamericana está atravesada por el amor, como el bolero y la bachata, qué decir, y el vallenato, claro. Pero la diferencia que tiene la cumbia con esos otros estilos es que la cumbia como que supera un poco la desdicha y la supera con fiesta. El cantante de bolero se quiere matar, digamos; y el de la bachata, entre que fanfarronea igual se quiere matar".

La gran bondad de la cumbia

Yeik. Foto: Ana Briceño
De la misma manera como es posible sintonizarse emocionalmente con las letras de la cumbia, también lo es desde el cuerpo, que responde naturalmente a su ritmo, como destaca uno de los marcadores del ritmo en Cumbia Cooperativa, el baterista, Dani.

"Es un ritmo realmente básico, por lo menos de percusiones, incluso los tumbaos que llevan los pianos. Depende de adonde te vayas, sigue siendo un ritmo un poco más básico. Ya si te vas a la salsa, la clave de la salsa, incluso los bailes, cómo se baila la bachata, cómo se baila la salsa no es algo que pueda bailar todo el mundo. Es que la cumbia la baila todo el mundo. No tiene un contratiempo ni mucho menos, es un, dos. Simplemente, la saltas, la disfrutas, que ya por ahí también, por ejemplo, aquí pega o en muchos sitios de Latinoamérica donde no se tiene tanta costumbre de baile".

Saltando el charco

La inmigración latina presente en la Península Ibérica se llevó sus ritmos, y entre estos no falta la cumbia. En España, así como predominan ciertas variantes también ha sufrido mutaciones o se ha insertado, con discreción, en otros estilos más comerciales y con mayor alcance de audiencia. Este fenómeno nos lo resumen los españoles.

Domingo y Dani. Foto: Ana Briceño
"Ha llegado a lo mejor una cumbia como más europeizada, mucho más fiestera, y un concepto de banda grande y sí, la cumbia chilombiana, sobre todo; y la cumbia peruana también ha llegado. La música andina en España tuvo mucha fuerza en los años 90, pero luego como que pasó de moda. Ahora como lo que se está escuchando mucho es la chicha, que es la cumbia de Perú, que es más andina. Y también, pues han llegado muchos los fenómenos de la electrocumbia y muchos DJ y en muchas fiestas electrónicas se pincha cumbia".

Añaden que también se siente la cumbia en el reguetón y en el trap. Si bien no se trata ya de cumbia pura, es más bien una sobrevivencia de sus rasgos en otros ritmos.

Para los checos, Tomáš y Vojta, aunque la cumbia no les sea un ritmo natural, pareciese que sí lo fuera. Comentan los chicos que encajaron perfectamente, tocando con la calidez que caracteriza a la cumbia el trombón, el acordeón y la percusión.

Entrar a un bar de Praga, en ese ambiente opaco, misterioso y gótico que lo puede caracterizar, y ver a Cumbia Cooperativa puede resultar en una experiencia casi surrealista. Sin embargo, en esa reunión de lo que parece imposible por su divergencia, los checos se alegran y bailan, quizá desconociendo las desventuras que se cantan, mientras que los latinos, como nos dijeron los muchachos de la Cumbia, pueden casi enloquecer entre júbilo y nostalgia.

Autor: Ana Briceño
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