La enmienda a la Ley Electoral

A avanzadas horas de la noche del viernes pasado, el Senado checo aprobó la enmienda a la Ley Electoral. Los analistas coinciden en que las reiteradas presiones que ejerció el primer ministro, Milos Zeman sobre los senadores de su Partido socialdemócrata que trataban de rebelarse contra la enmienda no fueron correctas.

El debate senatorial sobre la enmienda, que ya había sido aprobada con anterioridad por la Cámara Baja, tuvo el carácter de una batalla crucial. El jefe del Gabinete checo, Milos Zeman, desplegó una intensa campaña contra los senadores socialdemócratas que habían anunciado previamente su intención de oponerse a la enmienda por beneficiar sólo a las mayores formaciones políticas. A los "disidentes" socialdemócratas, Milos Zeman les amenazó incluso con la expulsión del partido. De los nueve rebeldes potenciales, sólo cuatro lograron resistir y votar en contra.

El politólogo, Jirí Pehe, sostiene que Milos Zeman violó la Constitución que estipula que los parlamentarios checos respeten sólo su popia conciencia y que las presiones políticas son inaceptables. Según Pehe, las reiteradas amenazas de expulsión fueron escandalosas y sin precedentes. Por lo tanto, cabía esperar que algunos senadores socialdemócratas retrocedieran ante las presiones de Milos Zeman y se sumaran a la mayoría.

También el politólogo, Bohumil Dolezal expresó que las presiones del Primer Ministro y presidente del Partido Socialdemócrata fueron incorrectas. Pero al mismo tiempo sostiene que semejantes formas de coacción existen también en otros Estados eurooccidentales, sólo que no son tan flagrantes. Se practican formas más sutiles, menos visibles y no tan torpes.

Por su parte, el sociólogo y miembro de la Unión de la Libertad, Petr Mateju, comparó la actitud de Milos Zeman con los hábitos imperantes en el país antes de la "Revolución de terciopelo". En el régimen comunista anterior a la "Revolución de terciopelo" de noviembre de 1989, los parlamentarios también solían cumplir sólo las directrices del partido. Con el fin de permanecer todavía otros dos años en la cúspide del poder, Milos Zeman aplicó a sus senadores la forma más brutal de presión a lo bolchevique, puntualizó Petr Mateju.

Autor: Vít Urban
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