La natalidad en la República Checa va creciendo

La natalidad en la República Checa va creciendo. En los primeros seis meses del año en curso nacieron alrededor de 50 mil niños, siendo el número de los recién nacidos superior al del año anterior en dos mil niños.

Los especialistas en demografía señalan que el crecimiento de la natalidad en la República Checa podría continuar hasta el año 2030. Apuntan, no obstante, que el leve aumento del número de habitantes no solucionará el problema del paulatino envejecimiento de la nación como tal.

La creciente natalidad, según los especialistas, se debe en parte a la afluencia de extranjeros a la República Checa en los últimos años. Muchos deciden quedarse en este país con toda su familia y ésta puede ir creciendo.

Otro factor del actual crecimiento de la natalidad, según los demógrafos checos, es que comienzan a tener familia los ciudadanos checos nacidos en los años setenta. A raíz de las medidas sociales adoptadas entonces por el Estado checoslovaco en ayuda a las jóvenes familias con hijos, la natalidad en el país había crecido marcadamente en ese período. El número de recién nacidos en los años setenta había sido uno de los más altos en la historia del país. Actualmente, las personas nacidas entonces tienen más de treinta años de edad y la mayoría recién llega a tener familia.

Es también un nuevo fenómeno en la República Checa que las mujeres tienen hijos a una mayor edad. Hace unos quince años, la edad promedio en que las mujeres checas daban a luz era de 21 años, mientras que actualmente es de 26 años. Los especialistas calculan que en unos pocos años la mayoría de las mujeres checas tendrá su primer hijo a los treinta años de edad.

Esto se debe, especialmente, al nuevo estilo de vida en el país. Las mujeres checas prefieren desarrollarse primero profesionalmente y después tener familia. Independientemente de las opiniones de los médicos que insisten en que la edad ideal para tener hijos es antes de los treinta años, muchas mujeres checas consideran que lo mejor es ser madre después de los treinta. Argumentan que a esa edad la mujer ya es madura, cuenta con cierta posición en la sociedad, tiene mayor paciencia con los pequeños y no considera que la maternidad significa privarse de los placeres que ofrece la vida.