"La risa es el eco de nuestro llanto"

Jan Werich et Jiri Voskovec
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"Me fascina ver cuando el público se tambalea de risa como un barco en las olas del mar agitado", decía el actor Jan Werich. Hacer reír al público fue su afición, profesión y el lema del Teatro Liberado, que fundó en los años 30 del siglo pasado en Praga junto con Jirí Voskovec. Estos días se cumple el centenario del nacimiento de Jan Werich.

A pesar de que está lejos la época en que Jan Werich y Jirí Voskovec se presentaban con sus piezas satíricas ante la abarrotada sala del Teatro Liberado, su legado vive hasta la actualidad, dijo el historiador, Vladimír Just.

"La joven generación conoce los nombres de Jan Werich y Jirí Voskovec, pese a que sus películas aparecen esporádicamente en la televisión. Hablo de mi propia experiencia porque fui testigo de la proyección de sus películas en un festival fílmico. Los jóvenes evidentemente se divertían. No cabe duda de que los dos actores fueron conocedores de la anatomía del humor".

En 1938, Jan Werich y Jirí Voskovec huyeron de la amenaza nazi hacia EE.UU., con lo que el Teatro Liberado dejó de existir. Después de la Segunda Guerra Mundial, Werich regresó al país, intentando abrir nuevamente esa compañía teatral. Sin embargo, el nuevo régimen comunista prohibía la sátira política.

Jan Werich se dedicó entonces al cine. Rodó varias películas galardonadas en festivales fílmicos y cierto tiempo encabezó el Teatro de la Sátira, en Praga. En los años 70 se convirtió en "persona non grata" para el régimen totalitario, por firmar una petición a favor de la democracia. No fue prohibido oficialmente, sin embargo, del mercado desaparecieron sus libros y nadie le invitaba a la radio ni a la televisión.

"La risa es el eco de nuestro llanto", comentó Jan Werich después de que los médicos le diagnosticaran cáncer de la traquea. Permaneció fiel a este lema hasta su muerte en 1980.