Los niños menores de siete años no deberían ser enviados a centros de acogida

Foto ilustrativa: Kristýna Maková, Radiodifusión Checa

Los niños menores de siete años no deberían ser enviados a orfanatos u otros centros de acogida. El Consejo Gubernamental para los Derechos Humanos pide la adopción de una ley que garantice que los niños abandonados vivan en familias de acogida en caso de no ser aceptados por algún familiar.

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Un gran número de niños en Chequia se ven obligados por diversos motivos a vivir en centros de acogida. Este hecho es criticado desde hace tiempo por organizaciones sociales nacionales y extranjeras. El Consejo para los Derechos Humanos presentó recientemente un plan que persigue enmendar la situación y crear condiciones legales para que los menores de siete años puedan vivir en un medio familiar, según destacó el jefe de ese consejo y ministro para los Derechos Humanos, Jiří Dientsbier.

”El Consejo para los Derechos Humanos analizó varios estudios que documentan que el tener que vivir en los centros de acogida afecta el sano desarrollo del menor. Los conocimientos y habilidades sociales de esos niños se desarrollan con mayor lentitud que en el caso de los menores que viven en familia. Es obvio que para cualquier niño sería mucho mejor si pudiera vivir en condiciones que se aproximaran al máximo a las de una familia corriente”.

Foto ilustrativa: Kristýna Maková,  Radiodifusión Checa
El proyecto de ley que implicará las medidas para asegurar las condiciones de vida aptas para que los niños abandonados menores de siete años puedan vivir en familia, debería ser presentado a debate al Gobierno a más tardar en noviembre del próximo año. No obstante, según agregó el ministro Dientsbier, la introducción de la nueva normativa no cuenta con la desaparición total de los centros de acogida.

”Sin duda no desaparecerán del todo, además que nuestro proyecto sería aplicado de forma paulatina y sólo a menores de siete años. Además, al comienzo se impediría enviar a los centros de acogida a niños menores de un año, más tarde de tres años y al final a menores de siete años. Contamos también que la ley implicaría excepciones, por ejemplo, en caso de serios motivos de salud que impidan que el niño pueda vivir en una familia de acogida, o para no separar a hermanos de distinta edad que viven juntos en un orfanato. Siempre debe respetarse el interés del menor”.

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Los autores del plan para el mejoramiento de los servicios sociales para los niños proponen también transformar los grandes centros de acogida en instituciones de menor tamaño, cuyo funcionamiento se aproximaría a la vida en familia.

Además, para reducir el número de niños que viven en centros para menores, insisten en la necesidad de brindar ayudas más complejas a las familias con niños que se enfrentan a una difícil situación social que les impide cuidar debidamente de sus hijos. El ministro Dientsbier insistió en que cada niño debe tener derecho a vivir con su familia, y que cualquier otra alternativa debe ser considerada como algo realmente excepcional.