Moderno reemplazo cardíaco salva a decenas de vidas

Foto: ČTK/Krumphanzl Michal

Los médicos del Instituto de Medicina Experimental (IKEM) ofrecen el tipo más moderno de reemplazo cardíaco. En los cinco años del funcionamiento de esta nueva tecnología han podido salvar a 126 pacientes.

Foto: ČTK/Krumphanzl Michal

Cerca de 300 000 personas en la República Checa sufren de insuficiencia cardíaca. En el Instituto de Medicina Experimental de Praga (IKEM) se ofrece el tipo más moderno de reemplazo cardíaco que sustituye la función del ventrículo izquierdo. Desde hace cinco años, los médicos del instituto lo han implantado a más de 120 pacientes.

El corazón artificial, o bomba cardíaca, puede ayudar sobre todo a las personas que se encuentran en la última etapa de insuficiencia cardíaca. Para un grupo de pacientes, el dispositivo es una solución temporal antes de que encuentren un donante adecuado para ellos. Para otros es la única esperanza, porque son mayores o demasiado enfermos para entrar en la lista de espera.

Ivan Netuka  (a la derecha),  Vojtěch Melenovský y Daniela Malá,  foto: ČTK/Krumphanzl Michal
Una de las pacientes que se ha sometido al reemplazo artificial es Daniela Malá, de 75 años. Antes de recibir el implante, su estado era grave.

“Yo estaba casi muerta, no podía ni caminar. Los médicos ya me querían mandar a un hospital de cuidado a largo plazo”.

Daniela Malá fue la primera paciente checa que recibió el moderno implante, y lleva ya cinco años viviendo con el nuevo corazón. Sin embargo, tuvo que renunciar a su mayor afición, la natación.

La desventaja es que el aparato está cargado con pilas, colocadas en una bolsa de tres kilos que los pacientes siempre deben llevar consigo. Las pilas están conectadas al corazón por un cable.

El jefe de la Clínica de Cirugía Cardiovascular del IKEM, Ivan Netuka, describió a la Radiodifusión Checa cómo funciona el dispositivo.

“Cuando falla el ventrículo izquierdo, se convierte en un depósito pasivo de sangre. Hay una cánula que sirve para extraer la sangre del ventrículo. En el otro lado se encuentra una prótesis vascular que devuelve la sangre a la circulación sistémica”.

Riesgos y beneficios

En comparación con las tecnologías antiguas, este tipo de reemplazo reduce el riesgo de coagulación de la sangre, así como de los accidentes cerebrovasculares. Según el experto Netuka, no obstante, el cable del dispositivo es una gran debilidad, debido al riesgo de infección.

Daniela Malá en compañía de su hija,  foto: ČTK/Krumphanzl Michal
Existe una versión inalámbrica que ha sido probada en dos pacientes en Kazajistán. Si esta tiene éxito, se comenzará a aplicar en pruebas clínicas en Europa. La tecnología podría llegar a los pacientes checos en unos tres años, prosigue Netuka.

“Es un sistema de inducción electromagnética, donde se implanta una bobina interna a una persona. Los pacientes tienen que llevar un cinturón en el área sobre el ombligo”.

Entre el 2% y el 3% de las personas mayores de 65 años sufren de insuficiencia cardíaca en Chequia. Con la edad sube la propensión a la enfermedad. En la población mayor de 80 años, por ejemplo el porcentaje es del 10%.

En la mayoría de los casos (70%), la causa de la insuficiencia es la enfermedad cardíaca coronaria, pero hay más factores de riesgo, como los problemas de sobrepeso.

Vojtěch Melenovský, jefe del Departamento de Insuficiencia Cardíaca del IKEM, dice que si bien el número de infartos está disminuyendo, aumenta de manera significativa la incidencia de obesidad y diabetes.

Por lo tanto, los médicos esperan que en los próximos años haya más casos de insuficiencia cardíaca y con ello más necesidad de trasplantes o reemplazos cardíacos.