Praga presenta cambios al proyecto de la Constitución Europea

Vizepremier Alexandr Vondra

Eurodiputados del Comité Constitucional del Parlamento Europeo calificaron al Gobierno checo de nacionalista, después de que Praga presentó en Bruselas su postura frente al proyecto de la Carta Magna europea y defendió los intereses de los países pequeños.

 Alexandr Vondra
El vice primer ministro para asuntos comunitarios, Alexander Vondra, presentó este jueves las opiniones del Gobierno checo respecto al proyecto de la Carta Magna comunitaria ante el Comité Constitucional de la Unión Europea

Vondra criticó el proyecto original y recalcó que Praga rechaza los intentos de algunos grandes países por asumir un papel determinante en los órganos comunitarios. El vice primer ministro checo insistió en que la Unión Europea debe respetar los principios de igualdad, al igual que los intereses nacionales de cada uno de sus miembros. El propósito de Praga de limitar las prerrogativas de las instituciones comunitarias fue recibido con murmullos de rechazo por los eurodiputados. Algunos tildaron al Gobierno checo de nacionalista. Alexander Vondra defiende la postura de su país.

"No hay motivo alguno para reaccionar de esa manera. Las propuestas de Praga se basan en un estudio detallado del proyecto de la Constitución comunitaria y estamos convencidos de que el documento requiere algunos cambios relevantes. No hay otro camino. Los eurodiputados que intentan convencernos de que nuestra opinión es errónea no lo lograrán", dijo Vondra.

Praga propone, por ejemplo que aparte de ser trasferidos algunos poderes a Bruselas, existan también mecanismos que aseguren que otras competencias puedan pasar de los órganos comunitarios a los gobiernos de los países miembros. La República Checa demanda igualmente que sea fortalecido el papel de los parlamentos nacionales, para que éstos eventualmente puedan vetar proyectos de normativas comunitarias.

El nuevo texto de la Carta Magna europea será el tema central de la próxima cumbre de la Unión Europea, que se celebrará dentro de dos semanas. En ese encuentro los países miembros deberán decidir definitivamente sobre el destino del documento que hace dos años fue rechazado en un referéndum por los habitantes de Francia y Holanda.