Premio Duque de Edimburgo para estudiantes checos

Foto: presentación oficial de DOFE

Más de 90 estudiantes checos reciben este martes el certificado del programa del Premio Internacional Duque de Edimburgo.

Foto: presentación oficial de DOFE
El hijo menor de la reina Isabel II de Inglaterra, el príncipe Eduardo, ha asumido la entrega en la sede del Senado en Praga del Premio Duque de Edimburgo en el Programa Oro a 93 jóvenes checos que con éxito cumplieron las tareas en las cuatro áreas correspondientes, entre ellas las de carácter social y la de participación en viaje de aventura.

Como destacara el director de la sucursal checa del proyecto, Tomáš Vokáč, el programa persigue impulsar el desarrollo personal de los jóvenes.

“El objetivo fundamental del Premio Duque de Edimburgo es motivar a los jóvenes a que desarrollen su personalidad y descubran sus habilidades. Consideramos sustancial que estos jóvenes estén preparados para enfrentar lo que la vida les depare, y cumplan con responsabilidad más tarde sus tareas laborales”.

El programa está destinado a niños y jóvenes de entre 14 a 24 años de edad. Participan en él unos 6 millones de personas de 126 países. En la República Checa se trata de unos 2.500 escolares y estudiantes. Los participantes en el proyecto pueden escoger las actividades a las que quieren asociarse.

La checa Kamila Votrubová se ha merecido el Premio Oro Duque de Edimburgo

Los jóvenes checos que este martes obtienen el premio en el Programa Oro, ayudan en orfanatos o en casas para ancianos, estudian con éxito idiomas extranjeros, y no vacilaron en partir a un viaje de aventura. Figura entre ellos Kamila Otrubová, de 20 años de edad, quien sostuvo que por primera vez escuchó hablar de ese programa en el Reino Unido.

Kamila Otrubová subió al monte Elbrús,  foto: presentación oficial de DOFE
”Estando cierta vez de viaje en Inglaterra me enteré de la existencia de este programa. Entonces me llamó la atención la idea de poder encaminar las actividades que realizo de forma normal a una determinada meta. O sea que las haría de manera consciente, dándome cuenta de verdad de que ayudo a alguien y por qué lo hago. Y así también se me ocurrió que incluso el tenis podría dejar de jugarlo así no más, sino practicarlo persiguiendo un objetivo determinado. El saber que alguien sigue mis actividades y las evalúa me dio mucha energía y voluntad, lo consideré excelente, y decidí entonces entrar en el programa”.

Durante un año y medio Kamila Otrubová estuvo cumpliendo las tareas del programa. Entre otras actividades comenzó a trabajar de voluntaria en un hospital, en pediatría. Allí se dio cuenta de que esa labor le gustaba de tal manera que decidió estudiar medicina, según indicó.

”Hasta entonces estaba convencida de que estudiaría derecho y que me iría a Inglaterra. Durante más de un año me estuve preparando para los exámenes, pero con la experiencia en el hospital cambié de opinión. Me di cuenta de que la medicina me atraía mucho más. Pero no quiero especializarme en pediatría, sino dedicarme a curar a personas adultas. La verdad es que esa experiencia influyó mucho en mí y me cambió la vida”.

Actualmente Kamila estudia el primer año en la Facultad de Medicina de la Universidad Carolina de Praga. Como reconoce, mucho más exigente fue para ella el cumplimiento de las tareas del Premio Duque de Edimburgo en el tema del desarrollo de habilidades, recreación física y viaje de aventura. El alemán lo aprendió sin mayores problemas, pero subir al monte Elbrús, el pico más elevado del Cáucaso, fue un gran desafío.

”Logré subir al Elbrús, pero no puedo decir que fue fácil, eso no. Fue mucho más difícil de lo que había pensado al comienzo. Me estuve preparando un año y medio aproximadamente, practicando natación, carrera y montañismo. Y luego llegó el momento de partir a la expedición. Ésta duró al final sólo una semana, ya que logramos subir el monte bastante rápido”.

El programa internacional ayuda al desarrollo personal y a una mayor disciplina

Los jóvenes que cumplen las tareas del programa del Premio Duque de Edimburgo suelen ser más tarde mucho más disciplinados, resistentes y a la vez sociables en el ambiente laboral, según afirma Jiří Zrůst, presidente del Consejo Directivo del programa en la República Checa.

El Premio Duque de Edimburgo fue fundado en el año 1956 por el príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II de Inglaterra. En la República Checa funciona desde 1994.

”Esas personas suelen incorporarse mucho mejor que otras al colectivo en el trabajo y funcionan con mayor rapidez. Reaccionan también mucho mejor en caso de presentarse situaciones estresantes y, además, les caracteriza el que desean seguir aprendiendo”.

La República Checa alberga este año un encuentro de los egresados de este proyecto del mundo entero. El príncipe Eduardo, además de entregar los premios en la categoría Programa Oro, integrará el jurado que evaluará los proyectos de los participantes en el programa internacional encaminados al crecimiento personal y a la ayuda a los necesitados.