Sale la primera parte del Diccionario de Disidentes

Petr Pospíchal y Petruška Šustrová, foto: ÚSTR

El Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios publicó la primera parte del Diccionario de Disidentes. Este fue publicado en ocasión del 30° aniversario de la caída del comunismo.

Petr Pospíchal y Petruška Šustrová,  foto: ÚSTR
Treinta años después de la caída del comunismo, el Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios publicó la primera de dos partes del Diccionario de Disidentes.

El diccionario contiene una lista de personajes que fueron parte de los movimientos de oposición en los países comunistas desde 1956 hasta 1989. Es una traducción de la edición polaca, en la que se investigan los destinos de los representantes significativos de disidentes de Europa Central y del Este. El diccionario describe cómo el régimen comunista se desarrolló en los países individuales, y cómo surgió y se extendió la oposición a este régimen.

La primera parte explora unos 13 países, incluida Checoslovaquia. La versión checa es la primera traducción a una lengua extranjera. La obra está dirigida tanto al público lego como al profesional. Contiene perfiles de importantes personajes de la oposición, así como un resumen de los acontecimientos históricos dentro de un contexto internacional.

Petr Pospíchal, uno de los que recopiló los perfiles, dijo que la selección de los disidentes no fue para nada fácil. Trabajó en ella durante más de diez años.

“Desde el principio la selección de los disidentes fue problemática. Nos pusimos de acuerdo en que íbamos a hacer unas 60 biografías”.

Fuente: ÚSTR
Sin embargo, al final se lograron hacer solo 19 biografías de los checoslovacos, de un total de 350 perfiles de disidentes de toda Europa.

Petruška Šustrová, la traductora del diccionario al checo, resaltó que se trataba de una obra gigantesca. Equipos de decenas de personas trabajaron en la pieza durante 11 años. Los equipos estaban formados por personas de países de la antigua Europa del Este, y gran parte de la antigua Unión Soviética. Cada capítulo y parte nacional están introducidos por un prefacio detallado.

Con la idea de crear el diccionario vino la institución polaca Karta en la segunda mitad de los años 90. Se les ocurrió que las personas que vivieron los regímenes totalitarios estaban envejeciendo y perdiendo sus memorias, así que había que mantener su legado de alguna manera. La organización decidió involucrar a los disidentes, ya que habían vivido todos los acontecimientos por su cuenta y tenían más experiencias que los propios historiadores.

Por la magnitud del diccionario, sin embargo, no cupieron todos los disidentes checoslovacos, dice Šustrová.

“Puede ser que alguien se ofenda. Pero yo creo que no es un honor tan grande estar en el diccionario. Yo no estoy allí, y soy disidente. La selección dependió mucho de la redacción polaca. Imagínese la situación, sin autoridad el diccionario nunca se publicaría. En un momento u otro hay que tomar una decisión y decir: ya basta”.

František Stárek, investigador del Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios, no está de acuerdo. Apoyaría la creación de un diccionario separado que solo contendría relatos de disidentes checoslovacos.

František Stárek,  foto: Šárka Ševčíková,  ČRo
“Creo que la redacción checa debería haber insistido en que se creara una edición solo checa. Mis colegas serbios se están quejando también, totalmente descontentos. (…) El hecho de que haya más polacos en la edición tiene lógica, pero pierde su credibilidad. (…) Ahora sería difícil conseguir dinero para otro diccionario de disidentes. Si se publicara un diccionario de todos los disidentes, sería otra cosa”.

La traductora Šustrová defiende el trabajo en el diccionario al no estar influenciado ideológicamente. Dado el alcance de la obra, la complicada traducción, el trabajo editorial y gráfico a largo plazo, no sería posible publicar un diccionario separado en este momento.

“Creo que lo más importante es que los disidentes se eligieron sin discriminación ideológica. No se excluyó a nadie solo por no gustarle a la redacción checa”.

Petr Pospíchal, miembro de la redacción checa, admitió que en el trabajo influyeron varias circunstancias, especialmente el hecho de que los polacos tuvieron la palabra principal. La iniciativa, después de todo, vino de Polonia.

“Tengo que subrayar de nuevo, para que no se reaccione de manera violenta, que se copió lo que estaba en la edición polaca. Por supuesto que se podría hacer de manera diferente, pero se hizo así y así es legítimo”.

La primera parte contiene los países del antiguo bloque soviético, es decir, todos los países que estaban bajo la influencia de la Unión Soviética. La segunda parte, que ha de ser publicada en otoño de 2019, se centrará en la antigua Unión Soviética.

La ventaja del diccionario de 1500 páginas es que está disponible en Internet. Se puede acceder a través de la web del Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios.