Se cumplen 705 años de la llegada de los Luxemburgo al trono checo

Juan I de Bohemia, foto: Wikimedia Public Domain

Hace 705 años una grandiosa boda en la ciudad de Espira marcó la llegada de la familia Luxemburgo al trono de Bohemia. Isabel, de entonces 18 años, se casaba con Juan de Luxemburgo, cuatro años menor. De su unión nacería Carlos IV, el futuro emperador Romano-Germánico.

Isabel de Bohemia,  foto: Kristýna Maková,  Archivo de ČRo - Radio Praga
El 31 de agosto de 1310 comenzaron las celebraciones, que duraron dos días. En la ciudad alemana de Espira, acompañados de grandes festejos, contrajeron matrimonio Juan de Luxemburgo, hijo del emperador Enrique VII, e Isabel de Bohemia, de la dinastía de los Premislidas. Ella tenia 18 años y él solo 14. Pese a lo que pueda parecer, estas nupcias, de las que esta semana se cumplen 705 años, no fueron el final feliz de una historia de amor adolescente, sino un golpe de Estado.

En el reino de Bohemia se sentaba en el trono Enrique I, rey consorte esposo de Anna Premislida. La nobleza checa no estaba sin embargo satisfecha con su reinado, y pronto se pensó en un cambio de dinastía que, a pesar de todo, tuviera visos de legitimidad, explica Kateřina Charvátová, de la Universidad Carolina.



Kateřina Charvátová,  foto: Archivo de la Universidad Carolina
“Al parecer la idea de un nuevo soberano se le ocurrió a Petr de Aspelt, antiguo canciller de Bohemia y entonces arzobispo de Mainz. Probablemente en cooperación con el abad del monasterio cisterciense de Zbraslav consiguió imponer esta solución entre la nobleza checa. Y precisamente por ella convencieron a Isabel para que se pusiera en contra de su hermana Anna y combatiera por el trono, aunque desde el punto de vista legal no le correspondía”.

La llegada de los Luxemburgos al trono checo fue así una decisión estratégica, que puso del lado de los rebeldes al emperador romano-germánico. El día de la boda, Enrique VII concedió a su hijo Juan los títulos de rey de Bohemia y margrave de Moravia, que desde la interpretación que se hacía le correspondían al casarse con la infanta Isabel.

Juan I de Bohemia,  foto: Wikimedia Public Domain
La usurpación del trono pasó por una guerra, que debido a los apoyos que Juan e Isabel tenían en Bohemia, fue relativamente breve. Por ejemplo, Praga fue conquistada casi sin lucha, al negociar Isabel con parte de los ciudadanos de Praga, que una de las puertas de la ciudad se abriría para dejar entrar a las tropas.

Juan I de Bohemia no fue seguramente mejor rey que su predecesor, pero sí que gozó de mayor prestigio en el extranjero, donde era considerado un monarca caballeresco y combativo, así como un hábil diplomático. La relación con Isabel no fue sin embargo demasiado afortunada, apunta Charvátová.



La batalla de Crécy-en-Ponthieu
“La convivencia con Isabel no fue feliz, ya que se trataba de una mujer increíblemente dominante y ambiciosa. Desde el principio tuvo una gran influencia sobre Juan. En parte porque era del lugar y lo conocía bien, y en parte porque era de mayor edad. Juan descubrió lo peligrosa que era, y empezó a temer que pusiera a su hijo Venceslao en su lugar, por eso ordenó que llevaran al chico a Francia”.

Su hijo Venceslao no es otro que el futuro rey de Bohemia y emperador romano-germánico Carlos IV, considerado en la República Checa como padre de la patria. Carlos reemplazó en el trono a su padre en 1346, después de la batalla de Crécy-en-Ponthieu en la que fue abatido. Juan I de Bohemia era apodado el Ciego, al haber perdido la vista debido a unas cataratas, y de hecho en su última batalla combatió acompañado de sus asistentes que lo guiaban y que perdieron la vida con él.

Autor: Carlos Ferrer
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