Un invierno fuera de lo común

Enero 2005 en Praga (Foto: CTK)
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Mientras que los países escandinavos, Gran Bretaña y Alemania fueron azotados el pasado fin de semana por un fuerte huracán que costó vidas humanas y causó grandes daños materiales, la República Checa vivió un tiempo de primavera.

Enero 2005 en Praga  (Foto: CTK)
Según publicaciones especializadas, el mes de enero es el más frío del invierno europeo. Pero en la República Checa el invierno de este año resultó ser fuera de lo común. En vez de fuertes vendavales y nevadas, se escucha el cantar de las aves que se preparan para anidar. Junto a los trepatroncos y las tórtolas, que de ese modo reaccionan a las inesperadas temperaturas que sobrepasan los cinco grados centígrados o más de calor, también la naturaleza va despertando de su letargo. En los parques y los prados comienzan a florecer los árboles, y entre la hierba aparecen las primeras flores primaverales que, otros años, todavía deben abrirse paso en la nieve.

El sábado pasado, las temperaturas en la República Checa batieron un récord. En la estación meteorológica de Klementinum, en Praga, los especialistas registraron la más alta temperatura habida el ocho de enero en los últimos 230 años, señaló Marie Odstrcilová, del Instituto de Hidrometeorología Checo.

Enero 2005 en la RCh  (Foto: CTK)
"En la estación Praga-Klementinum, la temperatura registrada fue de 13,8 grados centígrados, con lo que fue superado el récord del año 1998, cuando en esa misma fecha, o sea el ocho de enero, la temperatura había alcanzado los 11,4 grados centígrados".

Mayor calor hizo en el sur de Bohemia, en la ciudad de Ceské Budejovice, donde el termómetro subió a 16,3 grados, superando el récord de esa fecha en el año 1915. Los especialistas afirman que un notable cambio de temperaturas se viene registrando desde hace unos diez años en todo el planeta, y consideran que éste se debe al calentamiento global de la Tierra. No obstante, hasta el presente esa hipótesis no ha sido confirmada.