La primera obligación de los niños checos

Foto: Tomáš Adamec, ČRo

A partir del próximo año académico, a poco tiempo de empezar, la asistencia al último año de preescolar, es decir, la guardería o el jardín de infancia, será de carácter obligatorio en la República Checa. Así lo establece una nueva ley que ha generado algo de controversia en vista de que excluye los métodos no oficiales de educación, no considera la realidad del espacio en las guarderías y conlleva alguna que otra paradoja. Todo ello lo conversó Radio Praga con quienes mejor conocen la realidad del asunto, las madres.

El permiso de maternidad en Chequia es probablamente uno de los más benévolos del continente europeo. Las madres pueden permanecer en casa al cuidado de sus crías hasta que estas cumplan los tres años y su empleador tiene el deber de guardarle el puesto de trabajo durante todo este periodo. Una vez cumplidos los tres años y en caso de que la madre quiera retomar su vida profesional, debe recurrir al servicio de una guardería.

Rita Juklová con una de sus hijas,  foto: Ana Briceño
Sobre esta realidad nos ilustra Marie Zázvorková, madre de dos hijas.

ʺTambién depende de lo que hacen sus papás y de su flexibilidad laboral. Nosotros tuvimos esa suerte de tener ambos un trabajo flexible, eso me parece que es un poco problema en la República Checa, uno de los problemas así como hablando en general. Y otro, aunque los niños a partir de los 3 años tienen el derecho a asistir al jardín infantil estatal, la realidad es que no hay cupos. Por ejemplo, en el pueblo donde vivimos nosotros hay cupos solamente para niños a partir de los cuatro años y medio. Entonces ¿y si no hay y los papás ya necesitan trabajar, la mamá ya necesita trabajar a partir de los 3 años? Tienen que colocar al niño en un jardín privado que es muy caroʺ.

Con el nuevo año escolar entra en vigor una nueva ley que impone a los niños de 5 años cursar el último año de preescolar en una guardería acreditada por el Estado como requisito para ser aceptado en la primaria. Según algunas madres checas, que bien conocen la situación actual de las guarderías, esta ley podría traer más inconvenientes en términos de capacidad de los ya existentes, como ya acotó nuestra entrevistada Marie Zázvorková.

Rita Juklová, residente en Praga, es madre de tres hijas, dos gemelas de nueve años y una nené de casi un año y medio. Nos explica que las guarderías ya no tendrán plazas para los más pequeños de dos o tres años y que el Estado no está considerando el tema de la capacidad.

Un camino diferente

Cuando la opción pública está copada muchísimos infantes bien asisten a jardínes de infancia privados no acreditados por el Ministerio de Educación o reciben la educación preescolar en casa. Solo en la ciudad de Ostrava hay unos 4000 niños en esta situación.

Foto: Vlastík Novák,  ČRo
Petra Doleželová, madre de dos niños, fundó una guardería bajo sus propios principios de crianza que son, por cierto, opuestos a los de las guarderías estatales adonde se rehusa enviar a sus niños. Ella comenta muy brevemente a la Televisión Checa lo que la llevó a montar su propia guardería.

"Tengo problemas con la alimentación, con el poquísimo tiempo que pasan los niños afuera y con el enfoque general de algunos maestros".

En el caso de las crías que asistan a preescolares no oficiales o que obtengan la instrucción en casa, deben entonces cada seis meses hacer unas pruebas que pretenden constatar el nivel de instrucción de los niños. Ante tal decisión, contesta Doleželová.

"No quiero que mis hijos aprendan algo solo para los exámenes del comité de evaluación. Son unos niños increíblemente inteligentes y en la edad que corresponde al jardín de infancia simplemente tienen derecho a jugar".

La alcaldía de cada ciudad será la institución encargada de vigilar y controlar el cumplimiento de la ley. La Alcaldía de Ostrava, por ejemplo, lo hace mediante un sistema computacional que mantiene un registro de los niños inscritos y no inscritos. De esa manera, las autoridades saben a qué padres deben contactar.

En caso de incumplimiento de la ley los padres pueden ser multados con hasta 200 euros.

La necesidad real de la nueva ley

Según los datos vigentes, anunciados en la Televisión Checa, solo un 10% de la población infantil no asistió el año pasado a jardines de infancia. Esto despierta la interrogante sobre la necesidad de otorgarle a la educación preescolar un carácter obligatorio.

Según Rita Juklová, la formulación de esta ley no tiene una justificación o necesidad real para la sociedad checa, por razones que ella a continuación nos comenta.

ʺPrimero, pienso que las mujeres quieren volver a sus trabajos y por eso necesitan poner a los niños en las escuelitas; y segundo, los niños necesitan otros niños. Por eso ponemos a nuestros niños en las escuelitas naturalmente sin necesidad de la leyʺ.

Jaroslav Faltýn,  foto: ČT
Por su parte, Jaroslav Faltýn, Director del Área de Educación Preescolar, Primaria, Artística y Especial del Ministerio de Educación, justifica la imposición de esta ley en cuanto a que tiene como objetivo la integración e inclusión.

ʺEl esfuerzo consiste en que aquellos niños que potencialmente ya pueden arrancar en el sistema escolar no se pierdan debido a las razones socioeconómicas o al ambiente en el que están creciendo. Nos empeñamos en que incluso a estos niños propensos a la exclusión se les ofrezca una educación preescolar de calidadʺ, agrega para la Televisión Checa.

Además, añade que la cifra del 10% no se ha mantenido constante, pues al principio de los años 90 un 99% de los niños asistía a las guarderías. Después, a finales de dicha década, bajó a un 88%.

Marie Zázvorková nos da su opinión respecto a la justificación anunciada por el Ministerio de Educación.

ʺSegún entiendo, una de las razones principales de la existencia de esa ley es que hay niños cuyos papás tal vez no los mandan a la escuela o incluso al preescolar. Entonces a esos niños como que hay que incluirlos, integrarlos de alguna manera al sistema escolar, a que reciban alguna educación. Me parece que se trata de niños excluidos socialmente. Ese problema me parece muy bien que el Estado quisiera tratar de solucionarlo. Sin embargo, me parece que el método por medio de una ley, es decir, obligando, me parece que no es bueno que de pronto por trabajo social o de alguna u otra manera tratar de solucionar el problema de niños excluidosʺ.

¿Y la libertad de los padres para elegir?

Aunque la ley pretenda ser inclusiva para unos es, por otro lado, exclusiva para otros. Entra en este último grupo el sector de la población infantil pre-educada en el entorno familiar o que asiste a centros alternativos no oficiales tendrán que probar sus conocimientos. Para muchas madres esto va en contra de la libertad que como derecho natural tienen los padres a elegir como forma educativa para sus hijos.

Foto: Tomáš Adamec,  ČRo
ʺMe parece que una desventaja podría ser que precisamente ese tipo de papás que prefieren la educación preescolar de sus niños alternativa, o sea, en la casa, o en sitios privados, pues no del Estado, pero diferentes, que de pronto les pueda presentar dificultades en no poder hacer eso ¿no?... si es obligatorio lo estatalʺ.

La nueva ley presenta además un cambio ligero en el tema de la vacunación. Previamente, todos los niños con tres años de edad tienen derecho a un cupo en algún jardín de infancia de su localidad. Sin embargo, solamente si cumple con los esquemas de vacunación obligatoria que establece el Estado checo. Le preguntamos a Marie Zázvorková qué pasa en caso de que un niño no esté vacunado.

ʺNo, los niños, pues si tienen tres años, pues no pueden entrar al jardín infantil. Es como una sanción para los papás que no dejan vacunar a sus hijos. Es que tienen miedo de los efectos secundarios que pueden ser bien graves, o que no creen en la eficacia de la vacunación o tienen alguna, digamos, convicción religiosa, también puede ser en ese tipo de casos. Tienen la opción de poner al niño en un jardín privado que es caro. En cambio, en la educación estatal no se pagaʺ.

A partir de ahora, bajo los preceptos de la nueva ley, todo niño que haya cumplido los 5 años tiene que entrar al preescolar con o sin las vacunas requeridas. Marie Zázvorková califica esto como "una gran paradoja" y agrega que los padres, en su mayoría, terminan vacunando a los niños por miedo y que se trata de un miedo infundido y que además se nutre de la falta de información neutral al respecto.

Aparentemente, la nueva ley de educación preescolar parece traer más preguntas y desconcierto que soluciones. De la misma manera, los padres que se rijan bajos otros principios a los que establece y obliga el sistema seguirán encontrando obstáculos y luchando por aquello que consideran mejor para sus hijos.

Autor: Ana Briceño
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