Josef Hlávka, constructor, arquitecto, mecenas del arte y la ciencia

Josef Hlávka

Cien años de existencia cumplió recientemente la Fundación Josef Marie y Zdenka Hlávka que ayuda al desarrollo de la ciencia y el arte checos, apoyando también a estudiantes talentosos. Es la única fundación checa que logró conservarse durante tantos años, independientemente de los cambios socio-políticos habidos en el país. La fundación fue creada en 1904 por Josef Hlávka, destacado constructor, arquitecto y uno de los más generosos mecenas checos.

Josef Hlávka nació en 1831 en la localidad de Prestice, Bohemia Occidental, en la familia de un empleado público. Su padre pronto descubrió su interés por la arquitectura y a pesar de los escasos recursos de la familia, le posibilitó estudiar la carrera en Praga y posteriormente en Viena.

Josef Hlávka fue un excelente estudiante. Ganó varias becas en el extranjero que le sirvieron para conocer la arquitectura mundial. Incluso, para no cargar demasiado a su padre, paralelamente a sus estudios Hlávka trabajaba de albañil para la empresa de Frantisek Sebek, destacado constructor vienés de la época. Este trabajo le ayudó a Hlávka a conocer los secretos de la construcción, tanto en la teoría como en la práctica.

Al concluir los estudios de arquitectura y no encontrar trabajo en esa profesión, Hlávka aceptó la oferta de Sebek para seguir trabajando en su empresa. La cooperación fue exitosa y los dos llegaron a ser grandes amigos, a pesar de la gran diferencia de edades.

Cuando Sebek se jubiló, le legó a su joven amigo su empresa de construcción, y posteriormente Hlávka llegó a ser uno de los más solicitados constructores de Viena. Por ejemplo, en 1861, ganó el concurso para la construcción de la Opera de Viena. Estos éxitos laborales le aportaron a Hlávka enormes ganancias.

En 1862 Hlávka regresó a Praga y asumió la construcción de la Casa Nacional de Maternidad, que aún brinda sus servicios, siendo una de las mejores clínicas de su género en la capital checa.

"Esta obra documenta la genialidad de Hlávka ya que, en su época, es decir en 1875, se trató de la más moderna casa de maternidad en Europa Central. Tenía calefacción central y un moderno sistema de comunicación entre las secciones", afirma Jaroslav Zivný, jefe de la clínica de ginecología y obstetricia de la Casa Nacional de Maternidad.

Hlávka edificó en Praga también viviendas estudiantiles y promovió la fundación de la Academia de Ciencias checa. Gracias a Hlávka fue publicada también la primera traducción al checo de la obra completa del famoso autor inglés, William Shakespeare.

El empeño laboral de Hlávka era admirable. Entre 1860 y 1869, su empresa levantó 142 edificios. Karel Ksandr, conocedor de la obra de Josef Hlávka, afirma que, además de excelente constructor le caracterizaba un espíritu de empresa.

"Adquirió por ejemplo terrenos en las afueras de Viena donde construyó casas de vivienda y al ser derrumbadas las murallas de la ciudad, en 1853, Hlávka vendió esas casas, obteniendo ganancias enormes".

El intenso trabajo tuvo como resultado, no obstante, que a la edad de 38 años, Josef Hlávka sufriera un infarto, quedando paralizado de la cintura para abajo. Hlávka se fue a vivir a su palacio en Luzany, a tres kilómetros de su ciudad natal, Prestice. Fue allí que decidió ayudar al desarrollo del arte y la ciencia checos, convirtiéndose en uno de sus mecenas más generosos. A muchos jóvenes talentosos Hlávka les facilitó también estudiar en las mejores escuelas.

Pasados unos diez años, Hlávka se recuperó de la enfermedad y volvió a caminar. Pero la vida le asestó otro golpe: por tuberculosis murió su amada esposa Marie. Gracias a la ayuda de sus amigos, Hlávka logró recuperarse e incluso volvió a casarse.

En 1904, Josef Hlávka escribió su testamento y, al no tener herederos, mandó crear la Fundación Josef, Marie y Zdenka Hlávka. A ésta Institución, que, además de su nombre llevaba el de sus dos esposas, le legó todos sus bienes. La Fundación Hlávka existe hasta la actualidad y sigue desarrollando numerosas actividades de carácter científico-cultural. Gracias también a Josef Hlávka, jóvenes talentos checos pueden estudiar en las mejores universidades del mundo.