La República Checa y la futura Constitución de Europa

foto: Comisión europea

El borrador de la nueva Constitución europea es un documento imprescindible para que la próxima Conferencia Intergubernamental fije los criterios definitivos por los que se va a regir una Europa de veinticinco miembros, con cuatrocientos cincuenta millones de habitantes capaces de generar la cuarta parte de la economía mundial.

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Las dificultades para compaginar esta Europa supranacional con los intereses de naciones y estados con tanta historia y cultura a sus espaldas es impresionante. Los euroescépticos ya auguran que será imposible gestionar políticamente una diversidad tan grande.

Sin embargo, la diversidad y la pluralidad de la Unión Europea más que un problema viene a ser la solución. Los grandes estados del mundo, desde el imperio romano hasta el imperio austro-húngaro, son ejemplos de una riquísima diversidad de naciones, que unidas funcionaron, pero que por otras tuvieron que separarse y ahora con nuevas experiencias, métodos y mecanismos tratan de recuperarse.

Javier Solana, el responsable de la política exterior y de seguridad de la Unión Europea, dijo en Salónica que no se trata que en el mundo haya menos Estados Unidos, sino más Europa. En la cumbre griega se llegó a un acuerdo para buscar políticas comunes con Washington en problemas tan candentes como las relaciones con Irán, la lucha contra el terrorismo y la búsqueda de armas de destrucción.

No obstante, la UE está divida en torno a la Constitución europea. Italia, Alemania y Francia, por un lado, no quieren que el borrador acuse modificaciones. Por su parte, los países más pequeños, entre ellos, la República Checa, Portugal, Dinamarca y Austria, objetan que la Constitución favorecería en el futuro a los grandes países de Europa.

El primer ministro checo, Vladimír Spidla, indicó que el borrador elaborado por la Convención Europea representa una buena base para el futuro debate sobre el documento, pero que será necesario modificar el texto aprobado por esa institución.

"Lo bueno es que la postura de la RCh no está aislada. Varios países adoptaron una actitud parecida, así que es evidente que la Conferencia Intergubernamental no será sólo un trámite", mencionó el primer ministro.

Los países pequeños rechazan, sobre todo, la tendencia a crear el cargo de presidente europeo, y reclaman mantener el sistema actual de la presidencia rotativa. Los países pequeños, respaldados por Gran Bretaña, sostuvieron que la Unión debería basarse en la colaboración entre los Gobiernos nacionales y no debería convertirse en un Superestado.

Los 25 países miembros y candidatos de la Unión Europea tienen que dar su visto bueno a la Constitución en la conferencia intergubernamental. Dinamarca, España e Irlanda adelantaron que los ciudadanos decidirán sobre el proyecto en un referéndum. La República Checa aun no ha decidido si organizará un plebiscito sobre dicho documento.

A pesar de que la Constitución debería estar lista en la primavera del año próximo, la opinión generalizada es que sigue habiendo muchos capítulos abiertos, como por ejemplo, la institución del cargo de presidente de la Unión Europea, las competencias de los países miembros y el sistema de aprobación de las futuras leyes de la Unión.

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La postura de la República Checa frente a la futura Constitución Europea la planteó el primer ministro checo, Vladimír Spidla.

"Consideramos que el documento elaborado por la Convención Europea representa una buena base para un futuro debate en la Conferencia Intergubernamental. La República Checa seguirá defendiendo sus intereses y en este aspecto lo fundamental es que sea respetado el principio de la igualdad de derecho de los estados miembros de la Unión".

En la cumbre de Grecia los estadistas europeos acordaron coordinar la política de asilo y de migración y reforzar la protección de las fronteras de la Unión. Para la lucha contra la afluencia incontrolable de inmigrantes ilegales, la UE quiere destinar unos 140 millones de euros.

"Coincidimos en que se trata de una cuestión de suma importancia para la UE y que es indispensable coordinar la política de asilo y de migración. Proteger las fronteras de la Unión Europea significa proteger a todos y cada uno de los países miembros ante los inmigrantes ilegales", afirmó el primer ministro checo, Vladimír Spidla.

La Unión Europea no puede limitarse a ser sólo un punto de referencia sobre la paz y la libertad; debe ser una garantía para la paz en el Viejo Continente y en el mundo. Es y debe ser también un compromiso solidario con la lucha por el respeto de los derechos humanos en todo el planeta, coincidieron los presentes en la Cumbre de Salónica.

Autor: Federico Picado
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