La corrupción - uno de los puntos débiles de la RCh en vísperas de su ingreso en la UE

Un sesenta y cuatro por ciento de los ciudadanos de la República Checa consideran que vive en un Estado donde prolifera la corrupción. Tal punto de vista no resulta nada beneficioso para un país que el primero de mayo ingresa en la Unión Europea.

En los informes anuales sobre el estado de los preparativos de los países candidatos para su ingreso en la Unión Europea se criticó más de una vez el alto nivel de corrupción en la República Checa. A pocos días de la entrada de este país en la Unión, la situación continúa sin mayores cambios a pesar de que el Gobierno checo declarara una lucha abierta a la corrupción.

"La corrupción en la República Checa se mantiene a un mismo nivel desde hace tres años", señaló Adriana Krnácová, directora de Transparency International en este país, en ocasión de la presentación en Praga de una publicación sobre el tema. De acuerdo a un reciente estudio de la compañía analista GfK Praga, la realidad es peor todavía.

"Los últimos sondeos revelaron que la corrupción en la República Checa va ganando terreno. Mientras que en 1998 consideraba los sobornos como algo natural y corriente en la vida cotidiana tan sólo la mitad de los encuestados en este país, actualmente adopta esta opinión, más del 60 por ciento de los ciudadanos checos", señaló Michaela Sindelárová de la compañía GfK Praga.

Más del treinta por ciento de los checos admitió haber recurrido alguna vez a los sobornos, ya sea para conseguir un apartamento o para asegurar a su familiar una mejor atención médica.

"Con mayor frecuencia sobornan en la República Checa personas con educación superior y ciudadanos con mayores ingresos, especialmente los empresarios. Cabe destacar a la vez que la mayoría de los checos menores de treinta años adoptan una postura negativa frente a los sobornos", apuntó Michaela Sindelárová de la compañía GfK Praga.

El estudio de GfK demostró a la vez una gran paradoja. Los ciudadanos checos afirman que donde más prolifera la corrupción en este país es en las instituciones públicas, a la vez que el 81 por ciento de los checos consideran que es el Estado el que debería asumir la responsabilidad por combatir la corrupción. Ese ha sido también uno de sus compromisos en el contexto de su adhesión a la Unión Europea.