Kynžvart posee fragmentos de la historia de España y Francia

Palacio de Kynžvart, foto: Martina Schneibergová

Reliquias del héroe español Cid, pertenencias personales de Alejandro Dumas y María Antonieta o momias egipcias. Estas y más curiosidades se encuentran en el palacio clasicista de Kynžvart, situado en el oeste de Bohemia.

Palacio de Kynžvart,  foto: Martina Schneibergová

Ondřej Cink,  foto: Martina Schneibergová
La familia noble de Metternich obtuvo la propiedad aristocrática en el municipio de Lázně Kynžvart como empeño después de la Batalla de la Montaña Blanca en 1620, cuando se iniciaron las confiscaciones de las propiedades de los rebeldes derrotados. Entonces era un fortín renacentista, que los Metternich convirtieron en un palacio barroco. Posteriormente, el político y diplomático Klemens von Metternich, quien sirvió durante 26 años como ministro de Relaciones Exteriores del Imperio austrohúngaro y es considerado uno de los políticos europeos más importantes del siglo XIX, otorgó al palacio su actual aspecto clasicista vienés, explica el administrador del palacio, Ondřej Cink.

“El canciller Metternich tuvo una carrera laboral espléndida, sirvió durante más de cuarenta años a dos emperadores austríacos y resulta que trasladó un poco de Viena hasta acá. Las facetas renacentista y barroca forman parte del palacio actual, pero ambos estilos están escondidos dentro de sus paredes. Solamente unas bóvedas son visibles, el resto se unificó al estilo clásico”.

La familia Metternich poseía numerosas propiedades en la región de Renania, en el oeste de Alemania, pero ciertas circunstancias causaron que Kynžvart se haya convertido de pronto en su única residencia, prosigue el administrador.

Franz Georg Karl von Metternich | Foto: Martina Schneibergová,  Radio Prague International
“Después de las Guerras Napoleónicas, los Metternich perdieron las propiedades en Renania y llegaron como pobres emigrantes a Viena. El señorío de Kynžvart era su única base económica, y así obtuvo una gran importancia. El canciller Metternich le tenía cariño y lo cuidaba mucho”.

Tras hacerse con el cargo de canciller austríaco, Klemens von Metternich pasaba la mayor parte del año en Viena con el emperador. El palacio de Kynžvart le servía de residencia de verano y al mismo tiempo era un lugar de encuentro de aristócratas y diplomáticos europeos. La cercanía de las ciudades balneario de Karlovy Vary y Mariánské lázně también favorecía la presencia de la flor y nata europea.

Gabinete de curiosidades

La momia en el atúd de madera  (Foto: Martina Schneibergová)
Además de un excelente diplomático, Metternich era también un coleccionista apasionado. Sus posibilidades económicas le facilitaban coleccionar desde los objetos más sencillos hasta artefactos de gran valor. Todos están expuestos al público en el Gabinete de Curiosidades (Kabinet kuriozit) dentro del palacio, como sostiene Cink.

“Tiene más de 2.000 artefactos, todos están vinculados con una historia o un personaje. También hay una colección egipcia, supuestamente la tercera más grande del país, de la cual lo más valioso son dos momias y dos ataúdes de madera. Metternich las recibió de Mehmet Alí, el virrey de Egipto, quien trató de ganarse de esta forma a este hombre que tenía un gran poder en Europa”, apuntó Cink.

El escritorio de Alejandro Dumas | Foto: Martina Schneibergová,  Radio Prague International
Otros de los artefactos estrella están vinculados con la vida y la obra de uno de los novelistas franceses más leídos, Alejandro Dumas. El hijo del canciller Metternich, Ricardo, quien siguió las huellas de su padre y se convirtió en diplomático, las recibió de regalo, aproxima Ondřej Cink.

“Estuvo durante mucho tiempo en la corte de Napoleón III en París, donde conoció a la familia de Dumas. Después de la muerte de Alejandro Dumas, su hija Alejandra le regaló varias cosas para el Museo de Kynžvart; la mesa donde Dumas escribió 'Los tres Mosqueteros' y 'El conde de Montecristo', un sillón, un soporte de plumas y una carpeta decorada con malaquitas”.

Las reliquias del Cid

El sillón del escritor Alejandro Dumas  (Foto: Martina Schneibergová)
En Kynžvart se encuentra asimismo una parte de la historia de España guardada en una caja en forma de fragmentos de cráneo y huesos.

“Es un asunto delicado porque a los españoles no les gusta escucharlo. Supuestamente se trata de unas reliquias del héroe nacional español Cid y de su esposa Jimena, que Metternich recibió de regalo”, aproximó el administrador.

Otra época histórica de España queda recordada en Kynžvart a través de un fragmento de vestimenta fúnebre de don Carlos, el hijo mayor del rey español Felipe II, que gobernó en el siglo XVI. Por su parte, una boina azul hace referencia a las Guerras Carlistas. Otro artefacto valioso es el manuscrito de la obra de teatro 'Comedia Famosa de la Reina María' del escritor español Lope de Vega. Hay quienes dudan de la autenticidad de este documento que el canciller Metternich recibió de regalo del conde de Osuna. Para otros representa el tesoro más valioso de la biblioteca de Kynžvart. Tras haber sido digitalizado, el documento será sometido a una minuciosa investigación.

El arma del atentado a Napoleón III y un libro de María Antonieta

Los franceses pueden encontrar en Kynžvart también un fragmento de su historia, afirma Cink.

Foto: Martina Schneibergová
“Tenemos aquí una bomba sin explotar que arrojaron en 1858 contra Napoleón III Bonaparte. Los autores del atentado, con el conde Orsini al frente, arrojaron al carro imperial un total de nueve bombas. El Emperador y su esposa salieron ilesos, pero nueve personas fallecieron en la calle y hubo 156 heridos”.

Otros recuerdos se vinculan con la Emperatriz austríaca María Teresa de Habsburgo y su hija María Antonieta de Austria, indica Cink.

“Tenemos el peine de María Teresa de Habsburgo y un libro de oraciones que le regaló a su hija María Antonieta. Ella lo usó para su último rezo antes de su ejecución tras la Revolución Francesa”, apuntó Cink.

Curiosa es asimismo la colección biológica del canciller Metternich que reúne artefactos como piel de serpiente de cuatro metros de longitud, la cabeza de un búfalo o colmillos de narval que se hacían pasar en el pasado por los cuernos de los míticos unicornios.

Un parque premiado

Schloss Kynžvart  (Foto: Martina Schneibergová)
El palacio de Kynžvart permaneció en manos de la familia Metternich hasta finales de la Segunda Guerra Mundial. En 1945 fue confiscado por el Estado Checoslovaco. Al principio sirvió como sede del Ejército estadounidense para convertirse más tarde en la residencia de verano del embajador de los Estados Unidos. En 1948 el palacio se abrió para el público y se ha convertido en uno de los monumentos más visitados de Checoslovaquia. En 1975, la madera del edificio sufrió pudrición y el palacio permaneció cerrado durante más de dos décadas. En 1994 se inició una gran remodelación que después de seis años devolvió al palacio su aspecto original. La remodelación del edificio real principal fue galardonada con el prestigioso premio Europa Nostra, otorgado por la salvaguardia del patrimonio cultural y natural de Europa.

Este diciembre, los visitantes podrán disfrutar en el palacio de Kynžvart. de especiales visitas navideñas con un programa entretenido también para los niños.

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