Un pueblo checo tradicional en el skansen de Přerov nad Labem

El museo etnográfico a cielo abierto de Přerov nad Labem, foto: Petr Vilgus, Wikimedia CC BY-SA 3.0, foto: Petr Vilgus, Wikimedia CC BY-SA 3.0

El museo etnográfico a cielo abierto de Přerov nad Labem presenta, además de numerosas viviendas de los siglos XVIII y XIX, la casa de los Bělík, que alberga el primer museo de cultura nacional abierto en el país, y numerosas muestras del modo de vida de la Bohemia rural en tiempos anteriores a la luz eléctrica.

El museo etnográfico a cielo abierto de Přerov nad Labem,  foto: Petr Vilgus,  Wikimedia CC BY-SA 3.0
Si no fuera por los museos a cielo abierto o skansens, los pueblos tradicionales checos del siglo XIX hace tiempo que habrían desaparecido. Uno de estos recintos donde el tiempo se paró para siempre es el de Přerov nad Labem, surgido en 1967 como entorno para el recién restaurado Museo de Cultura Nacional de Polabí, el primero de su tipo en el país.

En aquella época la antigua arquitectura popular estaba desapareciendo, y también en esos años se estaba llevando a cabo una restauración general de la casa tradicional donde durante siglos habían vivido los herreros y corregidores de la familia Bělík y donde a finales del siglo XIX fue creado el museo, nos cuenta la directora del skansen de Přerov, Jana Hrabětová.

Jana Hrabětová,  foto: ČT
“Ya en 1895 esta casa fue comprada a los corregidores Bělík por el propietario del señorío local, el archiduque Luis Salvador de Austria-Toscana. En el sitio se montó un pequeño museo de cultura nacional. El edificio se sitúa en la plaza del pueblo de Přerov. Antes aquí había un almacén de madera que pertenecía al señorío, ya que tras la casa estaba desde 1846 la oficina forestal. Tras la reconstrucción de la casa tradicional en 1895, este área se transformó en una plaza con parque. En 1919 se construyó aquí un monumento a los caídos en la Primera Guerra Mundial, y en 1967, cuando se renovó el museo, en la plaza se convirtió en un museo etnográfico al aire libre”.

Hoy en día se alzan en el skansen de Přerov nad Labem unas treinta edificaciones, entre las casas, el campanario, el secadero de fruta y otros puntos de interés. Hrabětová nos guía por este viaje a través del tiempo.

El museo etnográfico a cielo abierto de Přerov nad Labem,  foto: Petr Vilgus,  Wikimedia CC BY-SA 3.0
“La primera casa que nos encontramos fue trasladada aquí como típica representante de las construcciones populares de esta región, Polabí, que se construyeron a finales del siglo XVIII. Tenía que ver con la abolición de la servidumbre, los súbditos se podían ahora trasladar sin permiso. Esta otra casa proviene del pueblo de Draho, y fue traída hasta aquí como muestra excepcional de arquitectura popular. Conserva una caseta adosada como parte de la construcción. Cuando la desmontaron encontraron sobre las puertas una viga marcada con el año 1766. Coincide históricamente, ya que la aldea de Draho fue una corte señorial que se parceló en 1766 en diferentes edificios, y resulta que este fue uno de ellos”.

Un dormitorio para toda la familia

Una de las características más llamativas de las viviendas del museo es el poco espacio que ofrecen para sus habitantes, especialmente teniendo en cuenta que entonces las familias eran más numerosas que ahora. Hrabětová nos da más detalles al comentar la casa procedente de Draho.

El museo etnográfico a cielo abierto de Přerov nad Labem,  foto: Petr Vilgus,  Wikimedia CC BY-SA 3.0
“Una casa de pueblo de finales del XVIII tenía en promedio unos aposentos principales de 16 metros cuadrados. En el interior estaba solo la sala, los aposentos y la cámara. Pero aquí al lado de los aposentos del administrador encontramos también la caseta adosada. Hay una sala relativamente espaciosa a través de la cual entramos a su interior. Cuando en la casa había niños (y en estos pequeños asentamientos había muchos, a diferencia de las haciendas más ricas, donde había uno o dos para evitar la división de la propiedad) la mayoría de las chicas dormían en la cámara y los chicos en el desván”.

Todas las casas del museo etnográfico están amuebladas con el típico mobiliario pintado de la región de Polabí. En una de ellas encontramos un gran horno que ocupa casi una cuarta parte de la habitación. A su lado, de forma un tanto sorprendente, hallamos un antiguo fogón.

“En Polabí, una región relativamente rica y desarrollada, ya alrededor de 1860 se trasladó la zona de cocinar de la llamada cocina negra en la sala a los aposentos, y apareció con ello el fogón. En una de las casas tenemos uno de estos fogones primitivos de aquella época. Pero estos interiores fueron dispuestos así a finales del XIX, cuando los fogones ya eran habituales, así que pusimos la típica cocina de hierro pegado al horno, que tiene un tubo que conduce a la chimenea. Este edificio era una gran hacienda que se empobreció a mediados del XIX, lo que llevó a que se conservara de esta manera hasta 1974, cuando la trajeron aquí. El horno de aquí tiene capacidad para 12 hogazas de pan, mientras que en una casa normal solo da para siete”.

El museo etnográfico a cielo abierto de Přerov nad Labem,  foto: ŠJů,  Wikimedia CC BY-SA 3.0
Este año el recinto se vio enriquecido con la llegada de otras cinco edificaciones, entre ellas una herrería plenamente funcional. Además de las habituales exposiciones y programas culturales, el museo a cielo abierto de Přerov nad Labem planea la puesta en marcha de un nuevo sistema de iluminación, audioguías en diversas lenguas y aplicaciones para teléfonos inteligentes.

De momento y hasta finales de octubre los visitantes podrán disfrutar de una exposición de trajes típicos de Polabí y otra sobre los 125 años de la exposición nacional llamada Jubilejní, celebrada en 1891 y que generó el interés suficiente para que pocos años después se abriera al público la casa de los Bělík.

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